Que montar una empresa es algo muy complicado es algo que ya sabíamos. Que el porcentaje de éxito de todas las empresas que se fundan a lo largo de un año en España ni siquiera se acerca al 100% es algo que también nos ha quedado claro con el paso del tiempo. Pero que las posibilidades de triunfar como emprendedor son algo que está ahí y que es posible alcanzar es tan real como la vida misma. Es verdad que hay que hacer muchos esfuerzos y que no es fácil obtener el prestigio y los clientes que hacen falta para obtener la rentabilidad, pero es posible llegar a ese puerto con las mejores garantías.
Las dificultades están ahí y los datos lo demuestran. De acuerdo con una noticia publicada en la sección Cinco Días, del diario El País, 9 de cada 10 startups no llegan a los tres años de vida. Se trata del espacio temporal más complicado para cualquier empresa que se precie. En ese momento, la empresa que acabamos de montar todavía no es lo suficientemente conocida, está empezando a crear su cartera de clientes y quizá necesite hacer una inversión elevada en asuntos como marketing, para la cual tiene una liquidez escasa. Una situación como esta explica que haya tantas empresas a las que les cueste llegar a ese trienio.
Soy una de las personas que se encuentra al mando de una empresa en la actualidad. Se trata de una pequeña pyme, un negocio dedicado a la venta de productos para animales y mascotas. La verdad es que siempre ha sido un tipo de negocio que me ha llamado la atención porque siempre he tenido mascotas en casa. Y, cuando decidí abrirlo, me encontré con algunos de los problemas que he comentado más arriba y que, como pyme que también era mi negocio, me afectaron en un primer momento. La verdad es que, al menos, sabía de antemano que no iba a ser fácil conseguir el éxito.
Pero me puse a trabajar para que la empresa fuera la protagonista de buenas noticias. La verdad es que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para conseguirlo, era bastante joven y tenía la sensación de que, con trabajo y mimo, iba a poder conseguir mis propósitos. No me costó poco conseguirlo, pero tenía un plan diseñado en mi mente. Ofrecería una amplia variedad de productos, haría una campaña de marketing importante tanto en la localidad en la que vivo como en los alrededores y me encargaría de formar parte de la vida social de la ciudad, patrocinando eventos que tuvieran lugar en la misma y organizando esos eventos siempre que fuera posible.
El tema de los eventos me parecía uno de los más importantes. Ni que decir tiene que eso me exigía estar pendiente de muchas cosas además de dedicarme a hablar con proveedores y a despachar a los clientes que se presentaran en el establecimiento. Pero tenía la capacidad suficiente como para hacer frente a esa tarea. Por tanto, me puse manos a la obra y lo primero que se me ocurrió fue organizar, poco después de la apertura oficial del negocio, una jornada de puertas abiertas para las autoridades locales. Este tipo de cosas siempre son importantes porque generan visibilidad por el simple hecho de que el Alcalde y los concejales de la localidad visitan el local e intentan vender que se preocupan por su pueblo. Y ese era mi objetivo: que los medios locales y regionales se hicieran eco de la visita.
Este tipo de eventos lleva implícitas muchas más cosas que la simple visita. Para que todo saliera bien y se generara una buena imagen entre las autoridades era necesario que tuviera organizado una especie de almuerzo informal. Estas cosas siempre funcionan y contribuyen a que el éxito del evento esté garantizado. Por tanto, me puse a buscar empresas que tuvieran la posibilidad de ofrecer un servicio como del que estamos hablando. Comparé entre varios posibles proveedores y me decanté finalmente por La Frolita porque están especializados en ofrecer apoyo en eventos de todo tipo, desde cumpleaños hasta bodas, pasando por eventos de empresa, así que seguro que me podían dar la cobertura necesaria para lo que yo necesitaba.
A medida que se iba acercando el día, los nervios crecían. Fijaos en una cosa: yo nunca he sido demasiado “echado para delante” en lo que tiene que ver con la organización de eventos de este tipo, o en lo que tiene que ver con hablar en público. Por tanto, me parecía lógico tener nervios. Procuré preparar un discurso que fuera bastante correcto y tenerlo todo atado y bien atado dentro del establecimiento para que nada pudiera entorpecer la visita. En lo que tenía que ver con ese almuerzo, tenía bastante claro que no iba a fallar en absoluto.
Un resultado estupendo
El día señalado llegó y tengo que decir que ni en mis mejores sueños pensaba que las cosas iban a salir tan bien. Las autoridades locales se mostraron sumamente satisfechas con la jornada de puertas abiertas que les había ofrecido y me transmitieron, además de sus mejores deseos para el futuro, su agradecimiento por haber contribuido al desarrollo económico de la localidad. Yo, por mi parte, les agradecí la rapidez de las gestiones y las licencias para que pudiera haber abierto el negocio a la mayor brevedad posible, algo sin lo que hubiera sido imposible empezar con buen pie. Por supuesto, el almuerzo también resultó todo un éxito.
El evento tuvo una cobertura que no estuvo nada mal. Varios periódicos locales y regionales se hicieron eco de la visita y la verdad es que eso me reportó mucha visibilidad. De hecho, durante las semanas siguientes, el número de personas que visitó mi establecimiento ascendió de una manera considerable. Y varias de esas personas se han terminado convirtiendo en clientes fidelizados. Por tanto, y como es lógico, pude extraer una conclusión muy positiva sobre este tipo de acciones. Sin duda, tenía que asegurarme de hacer muchas más a lo largo del año. Me tenía que empezar a caracterizar por esto porque había un nicho de mercado al que podría “atacar” para hacer de mi comercio una referencia dentro del sector.
Como no podía ser de otra manera, he seguido haciendo cosas de este tipo. Es verdad que resultaría repetitivo haberlas hecho de nuevo con las autoridades locales, así que he ido variando el público. Hice un evento en el que invité a todo aquel que quisiera a conocer más a fondo mi tienda y mi manera de trabajar. Y también organicé otro para mis proveedores, con el fin de construir puentes de confianza que hicieran que ellos se sintieran cómodos trabajando conmigo. La verdad es que la repercusión que tuvieron estas cosas fue muy buena y no cabe la menor duda de que a la gente le gusta saber que al frente de las empresas que se encuentran a su alrededor hay personas cercanas.
Ha llegado a ocurrir que varios negocios de la localidad en la que me encuentro han apostado por organizar eventos muy similares al mío. Eso refuerza mi popularidad porque todo el mundo sabe que yo fui el primero que los llevó a cabo y que ha funcionado a las mil maravillas. Es algo que a mí personalmente me ha llenado de orgullo y que viene a demostrar que tengo una cierta originalidad a la hora de gestionar la manera en la que mi negocio se va haciendo un hueco en el mercado y su nombre va siendo cada vez más conocido tanto en el pueblo como en el resto de la comarca.
Según una noticia que fue publicada en la página web del diario El País, también en su sección Cinco Días, España es el país de la Unión Europea en el que hay un mayor porcentaje de pequeñas y medianas empresas. La verdad es que estamos hablando de una noticia que es positiva pero que a la vez presenta un peligro: que esas empresas tienen esos 3 primeros años a los que hemos hecho referencia más arriba y que tienen grandes dificultades. En mi caso, desde luego, fue bastante complicado superar esos 3 primeros años, pero la verdad es que lo conseguí y salí reforzado gracias a todas las ideas que fui teniendo y que, desde luego, me han permitido salir hacia delante con la máxima de las garantías.
No me cabe la menor duda de que voy a seguir siendo una referencia en lo que tiene que ver con aspectos como los que he comentado. Por mi cabeza pasan a menudo un montón de ideas para mantener a mi negocio en boca de todo el mundo y los resultados refrendan una y otra vez lo que hago. Creo que tengo mucho recorrido por delante y esa motivación es lo que, día a día, me hace seguir adelante con todos los proyectos que tengo pensados para el futuro.